MEJOR ACTOR Y ACTRIZ DE REPARTO
Mejor Actor de Reparto
La categoría de mejor actor de reparto en los Oscar está dominada por los veteranos: Christopher Plummer (Beginners) y Max Von Sydow (Tan fuerte, tan cerca), dos octogenarios que nunca han ganado el Oscar; Nick Nolte, que la Academia ha tenido el detalle de recuperarle con una película que ha pasado sin hacer ruido (Warrior); y Kenneth Branagh, que recrea a Laurence Olivier (Mi semana con Marilyn). Completa el quinteto el supersalido Jonah Hill en su gran primer papel dramático (Moneyball).
“Beginners (Principiantes)”
Christopher Plummer.
Christopher Plummer ha conseguido la dura tarea de arrastrar la posible nominación a esta categoría desde mediados del año pasado, cuando se estrenara la irregular Beginners. No es para menos, pues su magistral trabajo de este anciano recién enviudado que decide salir del armario y disfrutar la vida como nunca lo ha podido hacer hasta ahora, frente a su hijo al borde de la depresión al encadenar ruptura tras ruptura, solo le ha reportado buenas críticas y elogios por doquier, además de premios como el Globo de Oro al mejor actor secundario en la pasada edición de los premios. Así pues, Plummer parte desde una posición privilegiada a la que añadir su veteranía, pero comparte categoría con otros tres pesos pesados de la interpretación, además de con una de las mayores revelaciones del año.
“Moneyball: Rompiendo las reglas”
Jonah Hill.
Si alguien hubiese comentado hace cuatro años que Jonah Hill, recién lanzado al estrellato por el éxito comercial de Supersalidos de Greg Mottola, iba a ser nominado a un Oscar en menos de un lustro, muchos nos hubiérmos llevado las manos a la cabeza. Y la verdad es que la carrera que ha tenido el californiano, incluyendo títulos como Paso de ti o Todo sobre mi desmadre, no ayudaba a quitarnos la imagen que tenía el actor de comparsa cómico bastante limitado interpretativamente. Pero quizá el excelente texto de Sorkin y Zaillian o una correcta dirección por parte de Bennett Miller (Capote) hayan sido los elementos que hayan sacado de Hill por primera vez una actuación sorprendente. Su Peter Brand sigue siendo el perdedor que ha interpretado el actor en muchas de sus películas, pero dotado en esta ocasión de una contención y humanidad que hace del personaje alguien cercano y creíble y que se convierte en muchos pasajes en los ojos a través de los cuales el espectador presencia la historia. Sólo por la escena en la que Brad Pitt le obliga a despedir a un jugador, la nominación está más que justificada.
“My week with Marilyn”
Kenneth Branagh.
Que Simon Curtis escogiera a Kenneth Branagh para interpretar a Lawrence Olivier en Mi semana con Marilyn no puede ser explicado por su parecido físico. Básicamente porque no tienen ninguno. Sin embargo, hay un cierto paralelismo entre las carreras de Olivier y Branagh: ambos son dos actores y directores de pura casta teatral británica que se han recorrido Shakespeare del derecho y del revés y que, al alcanzar la madurez perdieron relevancia en el panorama cinematográfico. Además, como dice el personaje de Eddie Redmayne, Olivier (y Branagh, añadimos) era "un gran actor que querría ser una estrella de cine". En la cinta que nos ocupa, Branagh hace todo tipo de esfuerzos por paliar su poca similitud física con un cuidadoso estudio de la voz y los movimientos. Un trabajo concienzudo que, en última instancia, queda apagado por un guión que, ocupado en hurgar en Marilyn, olvida indagar más en Sir Laurence. Es la quinta nominación de Branagh pero nada indica que éste vaya a ser su Oscar.
“Tan fuerte, tan cerca”
Max von Sydow.
Si hablamos de deudas y premios, el veterano actor sueco Max von Sydow debe de ser uno de los intérpretes que figuren en cabeza de lista. A sus 82 años y con 145 películas en su filmografía, que incluye una larga y fructífera colaboración con el director Ingmar Bergman —13 películas que le proyectaron a nivel internacional—, sólo ha estado nominado dos veces en estos premios, y la primera no le llegó hasta 1987 con Pelle, el conquistador, de Bille August. Como superviviente de la Segunda Guerra Mundial, parece que ha volcado esa traumática experiencia —aparte de su proverbial credibilidad, su aplomo y su capacidad para expresar las emociones más profundas con el mínimo diálogo—, en el personaje del casero en Tan fuerte, tan cerca, un exiliado alemán que vio cómo toda su familia y su novia morían calcinados en el ataque aliado a Dresde durante la guerra y que le dejó en estado de shock, una víctima de uno de los peores y más cruentos ataques del siglo XX que tiene que lidiar con uno de los peores y más cruentos ataques del incipiente siglo XXI. Este shock le ha dejado cicatrices de por vida, pero es esta experiencia traumática precisamente la que le permite sentir verdadera empatía y afinidad con ese niño que pierde a su padre en los atentados contra las Torres Gemelas.
“Warrior”
Nick Nolte.
Nick Nolte afronta con esta su tercera nominación al Oscar, siendo la primera como actor secundario. En esta ocasión es candidato al premio por su papel en Warrior, película en la que interpreta a Paddy Conlon, un antiguo boxeador que perdió a sus dos hijos y a su mujer por sus problemas con el alcohol. Tras el regreso de uno de sus hijos para competir en el torneo de artes marciales mixtas, Paddy intentará recuperar la relación con lo que queda de su familia. El personaje de Nolte está medido a la perfección para él, pero peca de los mismos errores que podemos encontrar en el conjunto de la película, y es que está cargado de estereotipos y resulta demasiado predecible. A pesar de realizar una actuación más que solvente y de regalarnos algunas escenas cargadas de tensión contenida (las más brillantes las comparte con Tom Hardy) que hacen merecida esta nominación, las limitaciones que supone cargar con un personaje tan poco original provocan una desagradable sensación de déjà vu.
Mejor Actriz de Reparto
arrancamos aquí la batería de análisis de los candidatos a los Oscar, fijando la vista sobre la categoría de mejor actriz de reparto. El quinteto lo encabeza Octavia Spencer (Criadas y señoras), intratable hasta ahora en la mayor parte de los premios del año. Junto a ella aparecen su compañera de reparto Jessica Chastain (que tenía otras seis películas con la que resultar nominada), la autoparódica Melissa McCarthy (La boda de mi mejor amiga), una travestida Janet McTeer (Albert Nobbs) y la chispeante Bérénice Bejo (The Artist).
“Criadas y señoras (The help)”
Octavia Spencer.
La quinta candidata parte a priori como la gran favorita a llevarse el Oscar después de haber logrado muchos de los galardones previos de la temporada. La historia de Octavia Spencer es la historia del sueño americano hecha realidad. Nacida en Alabama, desde pequeña luchó a brazo partido por convertirse en una actriz de Hollywood. Su primera oportunidad le llegó con un pequeño papel en Tiempo de matar (1996) y desde entonces suma otros 92 trabajos en cine y televisión, según recopila IMDb. Es así como Spencer ha limado y pulido su capacidad interpretativa, trabajando en cada pequeña ocasión que se le cruzaba por el camino, esperando que algún día la oportunidad fuera grande. Y cuando al fin llegó, se ha agarrado tan fuerte a ella que prácticamente la ha hecho subir ya a recoger un Oscar. Esa oportunidad que recoge la cosecha de tantos años de esfuerzo se llama Minny Jackson, su personaje de Criadas y señoras, una mujer fuerte, resoluta, tosca, de buen fondo y malos modos. Puede que haya algo tópico sobre el papel, pero Octavia Spencer lo llena de humanidad y verdad hasta el punto que es ya difícil imaginar a la una sin la otra.
“Criadas y señoras (The help)”
Jessica Chastain.
Apenas cuatro años después de su primer papel en el cine, Jessica Chastain consigue una nominación al Oscar y remata así un año tan prolífico como exitoso. En este 2011 ha estrenado nada menos que siete películas: La deuda, Take Shelter, Coriolanus, El árbol de la vida, Criadas y señoras, Wilde Salome y Texas Killing Fields. La candidatura a la estatuilla le ha llegado finalmente por Criadas y señoras, en la que se mete en la piel de Celia Foote, un ama de casa muy peculiar que poco o nada tiene que ver con el prototipo de esposa y señora que predomina en Misisipí. Chastain consigue crear a la perfección un personaje excéntrico a la par que natural y, sobretodo, muy creíble, logrando traspasar la pantalla con las emociones de Celia. La dificultad de su personaje, cargado de altibajos, así como haberse postulado como uno de las principales revelaciones del año, hacen de Chastain una candidata al premio que no podemos descartar.
“La boda de mi mejor amiga”
Melissa McCarthy.
Melissa McCarthy afronta con esta su primera nominación al Oscar y lo hace sin muchas posibilidades de hacerse con la estatuilla. Pero el hecho de ver reconocido su trabajo por esta película bien podría considerarse ya un gran premio. La boda de mi mejor amiga cuenta con un elenco de actrices en estado de gracia y con una capacidad innata para provocar la carcajada, y entre todas ellas McCarthy consigue destacar y hacerse dueña y señora de algunas de las escenas más cómicas de la película. Interpretando a Megan, se atreve con todo y se convierte en una mujer vulgar, tosca, grosera y desvergonzada, y lo hace a las mil maravillas, caminando durante todo el metraje entre lo desagradable y lo hilarante. Si se entregara un premio a la mejor robaescenas del año, probablemente McCarthy tendría muchas más opciones.
“Albert Nobbs”
Janet McTeer.
El papel de Janet McTeer en Albert Nobbs supone lo mejor y lo peor de esta película. Lo mejor, pues es la única actriz con una interpretación sobresaliente de la mediocridad dominante en la película de Rodrigo García sobre este drama femenino en una sociedad eminentemente masculina, y lo peor pues, al ser un personaje en la misma situación que el de la protagonista Glenn Close, se pierde el componente de singularidad en la historia, y todo lo que resultaba novedoso y sorprendente al principio se vuelve reiterativo y aburrido a partir de entonces. En cualquier caso, ésta no es su lucha, la lucha de McTeer es la de haber conseguido rascar esta merecidísima nominación y, sobretodo, intentar por todos los medios conseguir el que probablemente podría llegar a ser el único premio para su film.
“The artist”
Bérénice Bejo.
Bérénice Bejo, bonaerense de nacimiento, criada en Francia y madre de los dos hijos del director Michel Hazanavicius, tras comenzar su carrera en la televisión gala en los noventa, fue nominada al César como mejor actriz revelación en el 2000 por la comedia Meilleur espoir féminin, y a pesar de aparecer en alguna superproducción de Hollywood como Destino de caballero, nunca llego a despuntar. Pero gracias al talento y la visión de su marido ahora está en boca de todos gracias a su Peppy Miller, reflejo de todas aquellas muchachas ilusionadas que llegaron a California en los años treinta con el sueño de llegar a ser grandes estrellas de la pantalla. Su expresividad, su boca grande, sus gestos dulces, nos hacen evocar a aquellas actrices emblemáticas, desde Norma Shearer a Irene Dunne. Por desgracia, a pesar de un trabajo impecable, no parte como favorita, pero confiamos en que el hecho de haber participado en este tierno homenaje al cine sea el detonante para que volvamos a verla nominada muy pronto.
FDO:Mr J.
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